09/09/2019. Un sentido rechazo manifiestan estudiantes de la Universidad de Cundinamarca, luego de que la administración municipal, en cabeza del alcalde Eleazar González, tomará lo que ellos señalarían como una actitud pasiva y poco eficaz, frente a las fuertes agresiones cometidas por la Policía Nacional al interior de la universidad. Exigen acciones contundentes.
Luego de los hechos del pasado miércoles 4 de septiembre al interior de la Universidad de Cundinamarca (UDEC), al día siguiente, el jueves, se realizó un “Consejo de Seguridad Extraordinario”, en el cual se tomaron diversas medidas, que para los estudiantes de la UDEC son insuficientes y poco contundentes. Además, señalan que, en dicho consejo de seguridad no se tuvo en cuenta la voz de las victimas atacadas por la Policía Nacional.
El consejo de seguridad extraordinario estuvo conformado por el alcalde de Soacha Eleazar González, el coronel de la Policía Juan Carlos Celis, el coronel del Batallón de Policía Militar No. 13; Juan Gabriel Giraldo Castaño, y representantes de la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo, la Personería y la Secretaría de Gobierno. Sin ningún representante de la universidad, ni de los estudiantes o las víctimas de los hechos.
Entre las acciones tomadas por el consejo de seguridad, están que, la Policía Nacional se “comprometió a investigar a los policías inmersos en los presuntos excesos de fuerza, quienes enfrentarán el debido proceso disciplinario”, y también que, se ofrece una recompensa de hasta 10 millones de pesos “por información que ayude a esclarecer los hechos sucedidos en la UDEC, donde encapuchados perpetuaron actos vandálicos”.
No obstante, estas medidas para los estudiantes son insuficientes, y no dejan de ser una forma “mediocre”, en que la administración municipal busca pasar la página sobre los desmanes provocados por la fuerza pública. Por eso, en sus redes sociales, estudiantes de la UDEC, empiezan a convocar a una futura movilización para que la administración municipal, en cabeza del alcalde Eleazar González, adopte medidas mucho más eficaces que logren mostrar quienes son los responsables de los desmanes y así mismo que a estos se les sancione severamente por lo ocurrido.
Las acciones tomadas por el consejo de seguridad extraordinario están enfocadas a perseguir y dar con los encapuchados que se manifestaron a las afueras de la universidad, por lo que se ofrece una cuantiosa recompensa para establecer sus identidades. Y aunque la Policía Nacional se compromete a realizar una investigación interna para hallar a los responsables de las agresiones a los estudiantes y maestros, no deja de ser indignante para la comunidad, que, a pesar de las contundentes pruebas divulgadas en redes sociales y las denuncias respectivas ante las entidades correspondientes, las autoridades aún estén hablando de “presuntos” excesos de fuerza.
Contexto
El pasado miércoles 4 de septiembre, alrededor de las 9 de la mañana, encapuchados identificados como miembros del movimiento Jaime Bateman del M-19, se manifiestan a las afueras de la UDEC bloqueando la vía principal que está en frente de dicha institución. Rechazando los presuntos desfalcos por más de 14 mil millones de pesos, que la administración de la universidad ha realizado en cabeza del rector, por lo cual exigían su renuncia.
Sin embargo, una vez los encapuchados inician el bloqueo, llegan oficiales de la Policía Nacional, acompañados por miembros del “Grupo de Operativos Especiales de Seguridad” (GOES) de la Policía Nacional. Y tanto los oficiales de la Policía, como los miembros del GOES, empiezan a enfrentarse a los encapuchados, con piedras y garrotes, además, según los estudiantes, la Policía llegó haciendo tiros al aire.
Luego de la arremetida de la Policía y el GOES, los encapuchados deciden buscar refugio al interior de la Universidad, y cabe resaltar fuertemente, que sin importar la “Autonomía Universitaria” y pasando por encima de todos los protocolos de acción, estos cuerpos de la fuerza pública ingresan arbitrariamente a la institución.
Al entrar a la institución empiezan una cacería de brujas en búsqueda de los encapuchados, agrediendo indiscriminadamente a los estudiantes y maestros que allí se encontraban. Lanzando gases lacrimógenos, golpeándolos brutalmente con bolillos, a puños y patadas, y como si fuese poco, lanzando tiros indiscriminadamente hacia los estudiantes. Hiriendo a uno de ellos de gravedad en una pierna y dejando a muchos con contusiones severas.
También se realizaron detenciones ilegales, agresiones a periodistas que estaban documentando lo ocurrido, y un hecho muy grave, es que, a pesar de los llamados urgentes, ninguna entidad del Estado, como la personería o la defensoría del pueblo, se hicieron presentes para mediar ante las brutales agresiones que la fuerza pública realizó contra la comunidad universitaria.
Para cerrar, cabe mencionar que estas brutales agresiones han sido rechazadas a nivel nacional por diversas personas y organizaciones de maestros y estudiantes, además, el grueso del movimiento estudiantil universitario ha expresado un profundo rechazo con la brutalidad policial y con la violación de la autonomía universitaria. Muchas voces están al pendiente de lo ocurrido, y personas como el representante a la cámara Inti Asprilla, junto con su equipo, ofrecieron brindar asesoría y apoyo jurídico para denunciar estas vulneraciones a los Derechos Humanos, también, desde el “Movimiento Estudiantil Xuacha” los mismos estudiantes se han organizado para hacer las denuncias y realizar el seguimiento respectivo a este repudiable caso.
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